Espejo oscuro (I)

Inspiró profundamente como si quisiera tragarse la oscuridad que lo envolvía. No entendía qué hacía en aquél lugar en el que la única luz era proyectada por su cuerpo mientras trataba de recuperar la memoria reciente intentando saber qué le había llevado a esas tinieblas, quién era antes de llegar allí. Todo en vano. Lo único que acudía a él, era el recuerdo de sus sentidos, sensaciones que hablaban con él, diciéndole que la negrura le era familiar, extrañamente conocida, tanto como el cerrado silencio que se colaba en sus oídos o el olor a tinieblas que aspiraba su nariz. Se incorporó, o eso le pareció, dando unos pasos en aquél espacio sin firme ni cielo. Al hacerlo, vió que algo especial estaba ocurriendo en aquella atmósfera que se le antojó circular. Si avanzaba, la luz de su cuerpo se hacia más intensa. Si hablaba, su boca articulaba las palabras pero la oscuridad le devolvía su mutismo. Eso le hizo temblar, por primera vez, de auténtico desamparo. Casi en un acto reflejo desandó lo andado frenando en seco su acción al comprobar, horrorizado, que a medida que se retrasaba en el camino, su imagen era engullida por las sombras hundiendo al espacio en una gran mancha negra, espesa, muda, sin vida.
7 comentarios
kaleidoscopio -
Para kaleidoscopio, siempre adelante -
kaleidoscopio -
Para Alba y Alvaro, inquietos en la oscuridad -
Para Noa-, con puntos suspensivos -
Alba y Alvaro -
Besos luminosos desde el agua
Noa- -